En esta entrada voy a resumir y comentar algunos extractos del artículo «Diálogo entre neurociencia y educación. Joaquín Fuster–José Antonio Marina (PDF)» publicado en Participación Educativa. Revista del Consejo Escolar del Estado. (Vol.4, Nº7. Diciembre 2015). En ese artículo José Antonio Marina y Joaquín Fuster intercambian comentarios sobre la investigación en neurociencia y sus posibles implicaciones en la educación.
Los extractos que publico son los que más me han llamado la atención como novato en en este campo. No se trata más que de una síntesis personal intercalada de reflexiones y preguntas que no pretende en ningún caso resumir el contenido de la publicación.
Joaquín Fuster:
«Efectivamente, amigo mío, en sentido amplio todas las funciones cognitivas y emocionales utilizan memoria. Pero claro, hay muchas clases de memoria, tantas como sistemas de función nerviosa.»
“[…] en filogenia y ontogenia, los sistemas instintivos, sensoriales y motores utilizan lo que yo llamo ‘memoria filética’. Con ello quiero decir que el genoma nervioso –y la memoria ancestral que trae consigo– es ‘información’ puramente estructural, contenida en la estructura misma de aquellos sistemas con los que nacemos. Es la ‘memoria de la especie’. Se trata sin duda de memoria, a saber, de información adquirida por los miembros de una misma especie animal en el curso de la evolución –‘en la noche de los tiempos’– para adaptarse al mundo en que viven. Esta memoria incluye partes esenciales y atávicas del sistema nervioso, como son los órganos de los sentidos, la innervación muscular, las cortezas sensorial y motora primarias, el hipotálamo, la amígdala, el sistema vegetativo autonómico y los arcos reflejos a todos los niveles. Para repetir, es legítimo llamar al conjunto de todas estas estructuras memoria (filética) porque todas ellas contienen y retienen información que se dinamizará (‘se evocará’) en cada percepción, en cada movimiento muscular, en cada emoción y en cada acto instintivo”.
Comentario: Me resulta muy interesante desde el punto de vista biológico el concepto de memoria de la especie que por su naturaleza debería ser genética y por extensión química.
Joaquín Fuster:
“Ahora bien, encima de esa memoria filética se construye y almacena la memoria individual de cada uno de nosotros. Lo hace especialmente en la corteza cerebral en forma de redes neuronales (o ‘cógnitos’), las cuales redes se auto-organizan con la experiencia vital y la consiguiente facilitación de cambios sinápticos de transmisión entre células nerviosas, tal como ya Cajal intuyó en Barcelona alrededor de 1890. Estas redes cognitivas o cógnitos de memoria personal, con todos sus matices emocionales, se van organizando a sí mismas a medida que se adquieren, entrando a formar parte de una jerarquía de redes corticales ampliamente distribuidas, interconectadas y solapadas entre sí. Las redes inferiores de esta jerarquía representan los elementos perceptuales y motores más concretos de la experiencia personal, mientras que las redes superiores, más amplias y complejas, representan las memorias episódicas y semánticas (el conocimiento no es más que memoria semántica). Todas las funciones cognitivas y emocionales superiores consisten en transacciones nerviosas entre y dentro de aquellas redes de memoria. El fundamento y misión de la educación del niño es favorecer la estructuración de esas redes de memoria y conocimiento que harán de él un ser social feliz y útil para beneficio propio y de los demás.”
Comentarios:
«el conocimiento no es más que memoria semántica»:
- ¿Quiere esto decir que el conocimiento es adquirir (de modo intencionado o accidental) significado sobre los hechos almacenados en la memoria?
- ¿Qué implicaciones educativas tiene esa afirmación? ¿Se deben reforzar los aprendizajes memorísticos para que sobre ellos surja más y quizás más amplio conocimiento? ¿Hasta qué punto es posible adquirir conocimiento sin ‘memoria’?
Joaquín Fuster, «con la debida cautela científica» propone siete puntos que considera esenciales en todo diálogo entre educación y neurociencia. A continuación cito algunos de ellos:
Primer punto: «La evolución del cerebro humano es una coevolución biológico-cultural»
“lo primario en la educación es aprender a aprender, es decir, a desarrollar aquellas funciones innatas de la corteza prefrontal y a hacerlas habituales. Es esto lo que nos hace libres […] y abre ante nosotros el abanico prácticamente infinito de posibilidades con el que hacemos nuestra ‘agenda’, en sentido literal.”
Comentario: La afirmación de que “lo primario en la educación es aprender a aprender» refuerza la necesidad de fomentar el aprendizaje autónomo y continuo a lo largo de la vida (lifelong learning) para adaptarse al frenético ritmo de cambios que ocurren y transforman nuestra realidad. Si no lo entiendo mal, se trataría de fijarnos menos en cuánto sabemos y más en cómo podemos adquirir lo que nos hace falta saber. Pero,
- ¿Cuánto hace falta saber (memoria) para aprender a aprender de modo autónomo y permanente?
Joaquín Fuster, en el tercer punto habla de El ciclo percepción-acción (PA) y dice:
“A mi modo de ver, el único proceso cerebral en el que cabe pensar para evitar estas falacias es el ciclo percepción-acción (ciclo PA). Este es un circulo cibernético cerrado formado por un conjunto de estructuras cerebrales y por el entorno, en una unidad funcional indivisible. Este círculo, en estado dinámico, ajusta –y pre-ajusta– continuamente el organismo a cambios en el entorno durante el curso de cualquier conducta dirigida a un objetivo (κυβερνάω es la acción del timonel, origen etimológico de la palabra ‘gobierno’, que en una democracia es también circular, si en el entorno pones al pueblo, la ley y la urna de por medio). El ciclo PA tiene raíces biológicas muy profundas. Actúa a todos los niveles jerárquicos del sistema nervioso, desde la médula espinal hasta la corteza. Tiene dos componentes paralelos, ambos circulares e interactivos entre sí: uno cognitivo que circula por la corteza y el otro emocional que circula también por la corteza y por el sistema límbico. Durante la conducta o el lenguaje dirigido a un objetivo, estímulos procedentes del mundo externo o interno son analizados en la corteza posterior (memoria sensorial y perceptual); el producto de aquel análisis informa la corteza frontal, la cual informa la ejecución de la acción, la cual causa cambios en el entorno, los cuales informan las cortezas posterior y frontal, etc., etc., hasta que el organismo alcanza la meta. A cada paso, como también al alcanzar la meta, entran en el sistema aferencias de logro, de error o de recompensa que mantienen el ciclo en marcha o inician nuevos ciclos. Si bien es verdad que la corteza prefrontal, en la cumbre del ciclo para la conducta y lenguaje novedosos, actúa como directora de orquesta, la acción puede tener su inicio en cualquier parte del ciclo: en el medio ambiente, en el medio interno (e.g., instintos), en la corteza posterior o en la corteza frontal. Por lo tanto es incorrecto suponer que todo ciclo comienza con la percepción. En realidad puede argüírse que el primer ciclo de la vida comienza con la acción: el llanto del recién nacido y su palpar del pecho de la madre en busca del pezón.”
Comentario: Creo que me falta mucho para entender las consecuencias de lo que Joaquín Fuster afirma en el párrafo anterior. Pienso por un lado en la relación estímulo-respuesta y me pregunto hasta qué punto puede haber respuesta sin estímulo y, por otro pienso en el papel que podría jugar en todo esto la denominada «memoria de la especie».
En el punto cuatro, Joaquín Fuster dice:
«La inhibición es un mecanismo universal que también funciona a todos los niveles del sistema nervioso.»
«Todas las funciones cognitivas dependen de la inhibición, pero ninguna tan claramente como la atención. La atención tiene dos componentes: uno excitatorio para el enfoque selectivo y el otro inhibitorio para la exclusión de lo irrelevante o interferente. En niños que padecen del trastorno por déficit de la atención con hiperactividad (TDAH) por retardo del desarrollo de la corteza prefrontal, ambos componentes de la atención están afectados. El niño con TDAH, para desespero de padres y maestros, tiene mucha dificultad en concentrar la atención en sus tareas y en evitar la distracción. Además suele sufrir de una falta de control inhibitorio de le impulsividad, con lo que se mueve constantemente y a veces se torna agresivo. Con el tiempo y la educación, estos problemas suelen aminorarse o incluso resolverse. La importancia que tiene para la educación el refuerzo y afianzamiento de los mecanismos inhibitorios del niño y el adolescente. Quizás uno de los fundamentos de este aspecto de la educación es el aumentar la capacidad de postergar –i.e., inhibir el impulso a obtener– la gratificación inmediata, lo cual es un signo de madurez emocional y cognitiva en cualquier edad.»
Marina les response que “Sin embargo, la capacidad de inhibir ciertas conductas es la esencia de la libertad. Una persona descontrolada no es libre, porque la libertad depende del autocontrol.”
A la pregunta «¿Crees que en el fenómeno consciente emerge algo nuevo?» Joaquín Fuster responde:
Claro que sí.
“con la sucesiva llegada de información del mundo externo e interno, y por auto-organización de pesos sinápticos, se van formando, a partir de la corteza filética sensorial y motora, lo que yo llamo cógnitos, a saber, representaciones de memoria y conocimiento, imaginarias si tu quieres, en forma de redes neuronales. Según sea su rango en la jerarquía, y subiendo hacia arriba, éstas son cada vez más amplias y generales, más categóricas, más abstractas y conceptuales. Los cógnitos (redes) altos se forman por repetida instanciación de los bajos, por la asociación de atributos comunes de los últimos. Es un proceso gradual en un continuum estructural y dinámico dentro de la corteza cerebral. A medida que se van formando, las redes cognitivas se solapan unas a otras y establecen nodos de mutua conexión que asocian atributos comunes de memoria o de conocimiento.”
“La educación del niño consiste en la formación en su cerebro de un armazón de cógnitos, es decir, de redes de memoria y conocimiento, organizados jerárquicamente desde lo más concreto en los escalones bajos de la jerarquía hasta lo más abstracto en sus escalones más altos”
“Todas las funciones cognitivas –atención, percepción, memoria, inteligencia y lenguaje– utilizan cógnitos a todos los niveles y contribuyen, en el proceso educativo, a la estructuración de aquel armazón de redes cognitivas en la corteza del alumno. Esto lo hacen todas aquellas funciones por medio del ciclo percepción acción, el cual está también jerárquicamente organizado”
Hasta aquí llega esta entrada que espero rescatar en el futuro cuando para seguir aprendiendo sobre el apasionante mundo de la neurociencia en general y la neuroeducación en particular.
Muy buen artículo. Esta información le será de gran utilidad a todo aquel que le interese el tema. Gracias por publicarlo.